La actual masía es fruto de las reformas que se hicieron entre los años 1622 y 1640. En 1716 era propiedad de Francesc Campreciós, y en 1795 de Josep Modolell Campreciós. Esta última familia dejó de vivir en ella cuando se construyó una nueva residencia en la nueva Carretera Reial. Al irse el propietario, la vieja casa solariega se dividió para alquilarla a varias familias y este entorno se empezó a conocer como el barrio de Campreciós. Miquel Rius Vives, nacido en 1869, explica en sus memorias que era una gran finca, cerrada por un patio con entradas por poniente y levante, con almacén de comestibles, pajar y cuadras, pozo, aljibe y huertos. Hacia 1920, delante de la masía se abrió el pasaje Sant Lluís, que dividió la gran finca. Uno de los inquilinos, Josep Güell Carbonell, compró la casa solariega; tras su muerte en 1962, la masía se dividió en dos partes –la de la derecha y la de la izquierda– que hoy se ven bien diferenciadas.