La obra es un recuerdo de la época en que el edificio Walden-7 estaba rodeado por redes de protección, justo antes de ser restaurado en 1995. El Ayuntamiento solicitó a la escultora local que pensara en una instalación que recordara los años de la rehabilitación, cuando las redes formaban parte de la fachada del edificio. Con esta indicación, el planteamiento artístico de la escultora incorporó los puntales de la obra y construyó una red metálica simulando la malla que cubrió el edificio durante las obras. Los colores que utilizó son los mismos que están presentes en los pasillos interiores del Walden. La estructura, en blanco y azul, acaba convergiendo en una emotiva dedicatoria en el suelo que emerge del césped:
Con la piel rota/Envuelto en redes,
Ahora liberado/Dejo este recuerdo,
A la vez que observo el futuro